Jugar con honor y vivir en la gloria.
“Goles son amores”, es una de las frases que ya pertenecen a nuestra historia futbolera y que retratan el meollo de la acción del balón pie. Fuera quedan las buenas intenciones cuando en este deporte el resultado es lo que importa y más cuando existe detrás una hinchada cargada de historia, reconocimientos y símbolos que persiste en ver a la gloriosa Academia de vuelta en las grandes arenas; desde el comienzo del campeonato lo hemos exigido, dejando los tiempos de ocio a un lado, también a una parte de la familia, un momento de tranquilidad, de paseo, por seguir ese sueño que repito, reclamamos con la albiceleste clavada en el corazón.
Pero qué recogemos hoy en nuestra libreta de notas, una pendiente manchada con cifras rojas, y otra derrota que ya no solo es parte de la estadística, habla de una conducta, algo ya predecible donde se destaca no solo por estar a 6 Puntos del colista, sino también a un nivel de juego paupérrimo, una dirigencia ausente que no da la cara y más encima con una dirección técnica desorientada, ¿recuerdan ustedes que Ubeda haya repetido la misma formación en 2 partidos seguidos? ¡Un Profesional sabe lo que hace y lo hace bien señores!
Dados esos antecedentes que se vierten entre rabia e impotencia, declaramos que nos hacemos merecedores del puesto que ocupamos. Nada es regalado, ni por casualidad, ni por suerte, es el reino de la causalidad que nos indicael camino de quienes miran este maravilloso deporte desde la posición del mediocre y del derrotado. ¿Acaso cuesta mucho apropiarse de la historia señalada? ¿Acaso hay oídos sordos a los sones de nuestra bandita que desde los pulmones, desde cada músculo empujan a cada uno de ustedes a darlo todo? ¿Hablamos con la imagen antagónica de los monos sabios? No se ve, ni se dice, ni se oye… ni se hace, qué cosa, FÚTBOL PARA SALTAR A LA GLORIA.
Y si “hacer es de alguna manera decir, y decir es un pensar”, vemos con amargura lo que ustedes piensan sobre el hincha, los mismos que se dejan arrastrar por esa añorada grandeza de la Academia, poniendo desde su proletario bolsillo un dinero sagrado para apersonarse donde fuere y seguirlos a ustedes, los mismos que con su indiferencia hace caso omiso a ese dato no menor. No existeRespeto, el que se debe tener por quienes buscan a partir del triunfo un júbilo en su corazón, el mismo que todos los días se los niegan, en un mundo plagado de triunfalistas mas no de triunfadores y que anhelan con volver a los circuitos de la Primera A.
Para que este mensaje sea entendido, palabras para la acción mediocre: al menos aparten de nuestra vista el fantasma del descenso. Así un suspiro de alivio al menos tendremos como obsequio a la perseverancia de seguirlos, para que al menos concluyamos que solo fue un mal sueño, de esos que uno espera que luego acaben, para que el amanecer los disuelva. Vociferamos los hinchas, quienes somos el centro medular del estandarte, los que trascendemos al contrato, superamos la mirada cortoplacista y buscamos en vigilia y en descanso elevarnos como triunfadores. Háganselo saber a los dirigentes que miden esto con la calculadora en la mano.
Este sábado NUEVAMENTE estaremos alentando con todas nuestras fuerzas. Ustedes hoy representan la camiseta que nuestros padres, tíos y abuelos siguieron hasta el último álito, un sentimiento que pervive y por eso EXIJO CON TODA MI FUERZA MORAL que ustedes lo dejen todo en la cancha, que entreguen todo hasta el último balón, porque a pesar del actual panorama, siempre estamos vivos y presentes. Debemos volver al sitial que por historia nos pertenece aunque tampoco podemos solo vivir de ella, demostremos con actos quienes somos y entre todos lleguemos al umbral. Nosotros en el gol, nos abrazamos tal como una familia. Hay otros clubes que están acostumbrados a la gloria pero premian a sus jugadores con el olvido.
El aliento siempre estará y como leí a un hincha por ahí “Queremos ver a Magallanes lo antes posible en primera, porque el tiempo avanza y a muchos hinchas no nos queda mucho” palabras que de verdad me conmovieron. Háganlo por esos anónimos que desde un trozo del tablón, representa el poderío de esta gran institución.
Columna Ivan Post Mortem
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